En la mirada de esta preciosa mujer, sólo se veía tristeza al caminar al altar y al estar parada al lado del príncipe, quien en ningún momento sintió ternura o cariño por su novia.
Además, se han oído comentarios de que Charlene, días antes de la boda, quiso anularla e irse a su país, pero la realeza de Mónaco se lo impidió.
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